Como facilitadores de la metodología, nuestro deber yace mucho más allá de hacer respetar el manifiesto, o de resolver los impedimentos que súbitamente asechan a nuestros equipos. Parte fundamental de nuestro rol, es empujar hacia el cambio organizacional y difundir las buenas prácticas dentro de las diferentes áreas que se involucran con nuestro trabajo.
Es por eso que hace un tiempo me entusiasmé por participar en una iniciativa de mentoring de Product Owners y como parte del impulso aproveché de tomar uno que otro curso a modo de recordatorio y de sacar la certificación que llevaba tanto tiempo pendiente en mi backlog personal.
Sin embargo, los archivos que revisé, y charlas a las que asistí no lograron convencerme del todo. Las definicione de un Product Owner pasaban muy superficialmente por Agile Fundamentals, ahondaban los detalles de Scrum a nivel de Framework más que los aspectos CORE y daba como resultado una definición del rol un tanto superficial. Muchos de estos se mostraban como una receta para el cargo, como un manual prescriptivo para un perfil que desde nuestra experiencia al menos, es todo menos predecible.
Y ojo, no digo que la «receta» no sea útil. Todos sabemos que el Product Owner debe conocer la metodología, el Producto y funcionar como un Líder para el equipo. Pero eso es lo básico. Realizar dichas actividades no garantizará el éxito de nuestro trabajo. Hay detalles que siento que se pasan por alto, y que son cruciales a la hora de diferenciar a un encargado de un dueño.
El buen Product Owner debe entender su producto, y no me refiero a lo que hace cada detalle a nivel técnico, sino al porqué el Producto es necesario, qué necesidad está resolviendo y para quien va dirigido. Es decir: Un buen Product Owner tiene una clara Visión de su Producto.
Gracias a esta visión, nuestro campeón debe ser capaz de tomar decisiones, muchas veces difíciles cuando del manejo de Stakeholders se trata. Saber qué aspectos serán incluidos en el backlog y cuando, pero más importante, saber qué aspecto no lo serán. Un buen Product Owner sabe rechazar lo innecesario. Un buen Product Owner defiende su producto diciendo «NO».
Porque aceptar una tarea pequeña, y añadirla a una pila de trabajo interminable es algo sencillo, genera un placer momentáneo y permite evitar discusiones un tanto incómodas. En cambio «decir que no» es el desafío y la parte tosca que permite que todo esto se mantenga en pie. Así que, si eres Dueño de un Producto, cada mañana puedes mirarte al espejo, imaginar que eres un Stakeholder regalón, y mover la cabeza mientras pronuncias el NO. (Créeme, ayuda).
Y es que a medida que se cumplan nuestros ciclos de desarrollo, nuevas ideas saldrán a la luz, y si simplemente aceptamos todas y cada una de estas, generaremos una sobrecarga en nuestro equipo que no traerá ningún resultado positivo a largo plazo. Conocer la capacidad de nuestro equipo es algo fundamental, sobre todo cuando se trata de Priorizar. Por eso, un campeón del Producto debe saber dar prioridad a los diferentes ítems de su lista, y con esto no nos referimos a separar simplemente lo importante de lo banal, sino a interiorizar los costos, los pesos y los esfuerzos que el mismo equipo define, poniéndolo en contraste con el valor que entrega cada historia. (En este artículo te incluimos técnicas de Priorización que nos han dado excelentes resultados).
Finalmente, lo que define el éxito de un equipo y es clave para toda organización. Una de las aptitudes que más debe trabajar un facilitador y que incluso tiene su espacio en el manifiesto ágil: Individuos e Interacciones sobre procesos y herramientas. Un buen líder facilita la comunicación efectiva.
Y para eso, añadirá más valor comunicar correctamente la visión del Producto al equipo que saturarlos con historias que no parecen conectarse entre sí, y por supuesto nos servirá más el fomentar la retroalimentación entre Stakeholders y el equipo, que servir de filtro para una comunicación indirecta en ambos sentidos.
Tal vez algunos de estos puntos te parezcan obvios, o quizás consideres que estas habilidades no son tan necesarias como el conocimiento técnico y metodológico. Y se entiende, puesto que son conceptos que de por sí suenan sencillos de comenzar a aplicar, sin embargo, cuando tengas un tiempo, aplícate unos minutos de retrospectiva y plantéate si realmente los estás usando en tu día a día, puede que encuentres algo que antes no veías.
Resumiendo, el Product Owner no es un Product Manager, no es un Analista de Negocio. Es el Dueño del Producto, como dice la traducción. Y como tal, debe entender las raíces de dicho rol. Debe interiorizar y aplicar el manifiesto que le da sentido al cargo, generar una visión competente, fomentar la comunicación, saber priorizar lo necesario y rechazar lo que está demás, y dejar de ser un simple encargado para volverse El Campeón de su Producto.

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