El temor a enfrentarse a una nueva forma de ver las cosas siempre está latente, puesto que lo que nuevo asusta y generalmente desconocemos las consecuencias que conlleve. Un cambio de mentalidad o de paradigma, como lo es la agilidad, suele ser controversial o discutido, y ante la disyuntiva suele cruzar por nuestra mente una duda: ¿Debería aplicar agilidad?
Como profesionales, te diríamos que «Depende», pero no estamos acá para cumplir el rol de consultores. Independiente de tu problema, o de tu proyecto, nuestra respuesta personal es: «Sí, completamente.» Ahora, lo más seguro es que que la agilidad no sea la primera prioridad si quieres, por ejemplo, crear tu propia aplicación móvil, tal vez lo primero sea partir con un curso de programación y después de un buen avance y de mucho trabajo invertido, comenzar a pensar el cómo obtener una retroalimentación correcta de tus usuarios.
La Agilidad no es una bala de plata. Saber de ella no te va a resolver todos los problemas ni a darte una solución mágica que nadie más tiene. Los resultados suelen venir de trabajo duro, análisis estrictos y en ocasiones de un poco de suerte o de buenos contactos. Sin eso, tu foco no debería estar en el trasfondo del manifiesto ágil.
Sin embargo, entender este nuevo paradigma puede ofrecer un set de herramientas, técnicas o incluso nuevas formas de ver el mundo que si son bien aplicadas, pueden mejorar tus posibilidades de conseguir el éxito. En lo personal no se nos ocurre ninguna situación en la que comenzar a aplicar ceremonias de reflexión y retrospección no entregue valor. Por lo que reiteramos, que si quieres comenzar a aplicar agilidad en tu trabajo: Hazlo. (Aquí algunos ejemplos sencillos de como iniciar)
Eso sí, no de libro. No intentes explicarle lo que es el WIP a tu jefe cuando estés a mitad de un incendio, ni implementar SAFE sin consultarlo previamente con la organización. Todo lo contrario, inicia con pasos pequeños, tomando lo creas que te añade valor, y experimenta con ello. Valida tus resultados y dependiendo de estos, aventúrate con más cosas o da un paso hacia atrás.
El Modelo Cynefin
En base a lo mencionado, sería arriesgado asegurar que todo marco de trabajo basado en la agilidad, funciona sin problemas para cada situación, puesto que cada acercamiento que tenemos presenta especificaciones y recomendaciones distintas. Sin embargo, hay formas que facilitan el poder hacernos una idea sobre lo que nos podría facilitar una solución.
El Modelo Cynefin (Pronunciado Ku-ne-vin), traducido como «Hábitat» y desarrollado por el galés David Snowden; se enfoca en identificar la realidad que mejor represente nuestro ambiente de trabajo, y la clasifica según sus niveles de predictibilidad y de complejidad con el objetivo de identificar las mejores formas de hacerles frente.
Entornos Simples:
Ambientes con una alta predictibilidad y una baja complejidad. Se trata de entornos donde se tiene claridad sobre lo que se necesita hacer, y se entienden los resultados que obtendremos con nuestros procesos sin la necesidad de recurrir a alguien demasiado experimentado para generarlos. En estos ambientes se suelen aplicar las mejores prácticas que se conocen, así como marcos de trabajo predictivos que nos aseguren el resultado esperado.
Cualquier entorno cuyo proceso principal carezca de riesgos importantes, y sobre el cual poseamos un dominio claro y que puede ser comunicado sin mayores complicaciones, puede ser catalogado como simple. Ya que, en el fondo, sabemos lo que hacemos y lo que obtendremos por hacerlo.
En entornos simples, podríamos centrarnos en buscar la optimización de herramientas y procesos, y aplicar KAIZEN para identificar mejoras en nuestra forma de entregar valor. Paso a paso, día a día. O abrir espacios a la experimentación y a la innovación, nunca sabemos lo que puede surgir de ello.
Entornos Complicados:
Ambientes con una alta predictibilidad, pero con alta complejidad. En general, los resultados que se obtendrán de los procesos que se trabajan serán menos evidentes y más difíciles de entender, por lo que suele depender de la opinión de especialistas y documentación avanzada que fomente buenas prácticas para facilitar la obtención del éxito.
En un entorno complicado podemos entender lo que necesitamos hacer para conseguir resultados, pero los detalles de este proceso, los riesgos que corremos o los casos bordes generarán complicaciones que nos costarán mucho trabajo resolver sin la ayuda adecuada.
Por lo general, intentaremos estandarizar el conocimiento que se obtenga de estos entornos para empujar a que se vuelvan lo más sencillos de entender, y así poder avanzar hacia un entorno simple, por lo que se podría aplicar algo de LEAN para quitar la grasa de los procesos innecesarios e intentar simplificar conceptos enormes, así como implementar técnicas de descubrimiento de producto para conocer mejor los detalles que nos atormentan.
Entornos Complejos:
Ambientes más impredecibles y con alta complejidad. En este caso, la relación entre el resultado y la forma de conseguirlos se conocerá más en retrospectiva, por lo que las técnicas de predicción no serán de gran ayuda. En un entorno complejo es necesario experimentar y guiarnos por los resultados que día a día vamos obteniendo.
Ejemplos de estos entornos son aquellos donde el resultado se puede alcanzar de múltiples maneras, y donde cada experto puede tener un punto de vista diferente. Por lo que se vuelve sumamente necesario el conocer las particularidades de nuestra propia realidad a la hora de ejecutar algún plan de acción. Por lo general, se asocian a procesos donde las personas juegan un papel de importante, ya que el comportamiento de cada individuo suele ser único, siendo un enorme factor de complejidad.
Es por eso que nos enfrentaremos a estos entornos con pruebas de concepto que nos permitan entender mejor nuestra situación. El Marco de Trabajo SCRUM, implementa un crecimiento iterativo e incremental basado en la experiencia, que nos vendría de maravilla para este tipo de entornos.
Entornos Caóticos
Ambientes altamente impredecibles, donde las variantes no están definidas como para limitar una complejidad clara. Generalmente se asocian estos entornos a las crisis donde hay que adaptarse al cambio, y donde el principal medio de acción es el actuar de inmediato para mitigar riesgos y así lograr moverse a otro entorno.
Para casos caóticos, donde es necesario responder a las exigencias con una frecuencia inmediata, KANBAN puede ofrecer algo de orden, así como mantener la comunicación mediante breves reuniones diarias que sirvan como puntos de control del trabajo realizado.
Desorden
Llamaremos desorden al estado en el que caemos cuando no logramos definir en qué otro entorno estamos. Un espacio donde la adaptabilidad la predisposición de cada integrante hacia los diferentes tipos de entorno variarán, y será necesario un liderazgo claro que facilite encontrar los parámetros claves que definirán en qué tipo de entorno nos encontramos.
Si bien, no hay una receta para evitar el desorden, equipos empoderados con un liderazgo más horizontal que vertical, tendrán un mayor flujo de ideas y una mayor facilidad de reacción (Management 3.0). Por lo que las interacciones entre las personas, la facilitación de la comunicación y la visualización de los problemas y de las posibles soluciones apoyarán de gran manera para poder definir nuestro entorno.
Para ir concluyendo. dentro de la Agilidad existe un gran número de marcos de trabajo, prácticas y técnicas que pueden aportar valor dentro de los diferentes entornos. Siempre será bueno el identificar donde estamos, para así plantearnos la mejor solución posible. Y siempre recordando que la realidad es demasiado compleja como para creer que un manual, nos resolverá todos los problemas. por lo mismo, toma todo lo indicado en este artículo como recomendaciones basadas en la experiencia personal, y no como una solución infalible.
Con eso dicho, los invitamos a experimentar mejores formas de enfrentarse a su día a día, ¡y a que en su entorno de trabajo sean agentes de cambio!

¡Y hasta aquí llegamos con el artículo de hoy! Si te interesa aprender más sobre Agilidad y sus buenas prácticas, te recomendamos mucho «Scrum, el arte de hacer el doble de cosas en la mitad del tiempo». Si quieres aprender dinámicas para reflexionar con tus chicos, revisar «Retrospectivas: Haciendo buenos equipos, mejores». Y si te interesa contactarte con un equipo que apoye a tu organización a adoptar una cultura más agile, te recomendamos enviarle un mensaje a nuestro partner BlackHat y ver qué opciones tienen para ti.